Cuidar de nuestra sonrisa va mucho más allá de un cepillado rápido al final del día. Aunque muchos creemos tener una buena rutina de higiene dental, los errores más comunes pueden sabotear nuestros esfuerzos y afectar la salud de nuestros dientes y encías.
Hoy te cuento cuáles son esos errores que debes evitar y te comparto consejos prácticos (y productos recomendados) para lograr una sonrisa más sana y duradera. ¡Vamos a ello!
1. Cepillarse demasiado rápido o con fuerza excesiva

Uno de los errores más comunes es pensar que mientras más fuerte cepillemos, mejor limpiamos. Nada más lejos de la realidad. Cepillarte con demasiada fuerza puede desgastar el esmalte dental y lastimar las encías.
Consejo práctico:
Utiliza un cepillo eléctrico con sensor de presión. Estos dispositivos te avisan si estás aplicando demasiada fuerza. Un excelente ejemplo es el Oral-B Pro 3, que combina la acción oscilante con la detección de presión.
2. Usar un cepillo de cerdas duras

Muchas personas creen que un cepillo de cerdas duras limpia mejor, pero en realidad puede ser demasiado agresivo para dientes y encías.
Consejo práctico:
Opta siempre por un cepillo de cerdas suaves o extra suaves. El Philips Sonicare ProtectiveClean 5100 es una gran opción: además de sus suaves vibraciones sónicas, ayuda a proteger las encías delicadas.
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3. No cambiar el cepillo de dientes regularmente

Un cepillo desgastado no limpia correctamente y puede acumular bacterias.
¿Sabías que debes cambiar tu cepillo (o cabezal) cada 3 meses o incluso antes si ves las cerdas abiertas?
Consejo práctico:
Si te cuesta recordarlo, puedes suscribirte a servicios que te envían repuestos automáticos o usar cepillos eléctricos que indican cuándo cambiar el cabezal.
4. Olvidarse del hilo dental

El cepillo solo limpia el 60% de la superficie dental. La placa y los restos de comida entre los dientes solo se eliminan con hilo dental o irrigadores bucales.
Consejo práctico:
Si te resulta incómodo usar hilo dental tradicional, prueba un irrigador dental como el Waterpik WP-660, que limpia en profundidad con un chorro de agua a presión. ¡Ideal para encías sensibles o personas con ortodoncia!
5. Enjuagarse con agua justo después del cepillado

Después de cepillarte, si te enjuagas vigorosamente con agua, eliminas el flúor del dentífrico que sigue protegiendo tus dientes.
Consejo práctico:
En lugar de agua, utiliza un colutorio con flúor sin alcohol o simplemente escupe el exceso de pasta, pero no te enjuagues intensamente. Te recomiendo el Listerine Total Care Sin Alcohol, que refuerza el esmalte sin la sensación agresiva de algunos enjuagues.
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6. Descuidar la limpieza de la lengua

La lengua acumula bacterias responsables de problemas como el mal aliento.
Consejo práctico:
Utiliza un limpiador lingual o el reverso de tu cepillo de dientes si tiene esa función. Un ejemplo práctico es el Dr. Tung’s Tongue Cleaner, fácil de usar y muy efectivo.
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Conclusión
Una buena higiene dental es una combinación de técnica, constancia y los productos adecuados.
Evitar estos errores y adoptar prácticas correctas no solo mejora tu sonrisa, sino que también puede prevenir visitas dolorosas (y costosas) al dentista.
Recuerda: tu boca es la puerta de entrada a tu salud.
¿Ya has probado alguno de los productos que te he recomendado? ¡Cuéntame en los comentarios cuál ha sido tu experiencia!
